Comencé a caminar
en esas calles oscuras y agrietadas, mi bolso pesaba por causa de mis
pertenencias. Me sorprendía que el lugar estuviera despoblado,me intrigaba el
saber que había ocurrido allí. Ese sentimiento me despertó a golpear una
puerta. Esta era de madera,arruinada por los años,se veían rastros de
rasguños,como si alguien hubiese querido entrar,decidí abrirla,y el eco
acompaño a mi voz al decir:”¿Hay alguien aquí?”.Pero,la única respuesta que
recibí era la de mi voz,retumbando sobre las paredes. Tomando valor,entre a
cada habitación,oía pasos detrás de mi, pero no les hice caso. En cada habitación
había algo particular:Paredes húmedas que además estaban repletas de símbolos.
Empece a leer o mas bien trataba de entender que decían. Decidí no haberlo hecho
cuando leí,en letra minúscula:”Te dije que volvería”.
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